ARTESANOS DE LA PRODUCTIVIDAD.

Autor: Juan Miguel Gaspar Vives, adjunto a la Dirección de Desarrolla, Gestión Emocional y Coaching

 

Realidad objetiva 1: en  España,  casi  el 50% de las empresas tienen menos de 9 empleados, (en Alemania próximo al 25%) . 

Realidad objetiva 2: en España la productividad laboral es anti-cíclica, es decir, el producto por trabajador aumenta en épocas de crisis y disminuye en épocas de expansión económica (volvemos a la zona de confort) En los países más productivos, por ejemplo Alemania y EE.UU. funciona al contrario, la productividad aumenta en épocas de expansión, es pro-cíclica.   

Realidad objetiva 3: los puestos de trabajo que se están creando de dos años a esta parte en que se constata la salida de la crisis, pueden que sean inestables o puede que no, pero son de baja productividad

Es decir, parece ser que no aprovechamos adecuadamente los tiempos de bonanza en los que deberíamos crear una estructura laboral fuerte y preparada que crease su propia realidad y se manejara con soltura en tiempos de recesión.

Hoy por hoy,  nuestro país está situado a la cola europea de la productividad y el rendimiento por hora trabajada, sólo por encima de Grecia y Portugal. Estos son los datos a los que hay que poner ciencia para mejorar,.

¿Qué escenario dibuja esta realidad para los consultores?

¿Cómo actuar ante una economía basada en una  gran mayoría de empresas “pequeñas” , para mejorar los resultados del tejido empresarial?

La experiencia demuestra que en las empresas pequeñas (sean  o no de carácter familiar) , al menos hay una buena actitud y hay motivación, 

En contrapartida,  la endogamia que  marca a la mayoría de  pymes pequeñas, les impide  innovar, profesionalizarse, actualizarse, globalizarse,  sin olvidar esa nociva  “familiaridad”  (estén ligadas por vínculos sanguíneos o no) que les convierte en un grupo de colegas acostumbrados al esfuerzo por el esfuerzo, sin metas medibles y sumidos en una eterna zona de confort de la que nunca serán  del todo conscientes. 

En este escenario, pienso que el consultor debería  retomar el concepto de “artesano” y constituirse en un profesional capaz de  ayudar  al pequeño empresario a recorrer el camino que va desde ese modelo del que hablan los datos empíricos que hemos reflejado, hasta una  empresa más competitiva y preparada para  desarrollarse sin traumas, con prudencia y con unos buenos  cimientos.

La pregunta es : ¿cómo hacerlo? ¿cómo ayudar a la pequeña empresa?

Artesano,  viene del latín, art-artis (arte),  y su raíz “ar” es indoeuropea, significa “mover, ajustar, hacer actuar”,  podríamos concluir que el artesano  es un especialista  en ajustar y mover materia, en hacer actuar.

en esta coyuntura el consultor debería emular al buen artesano,

que es capaz de trabajar con los mimbres que se encuentra hasta sacar lo mejor de ellos, de investigar sobre sus capacidades y capitalizarlas, más que intentar implantar procesos excesivamente complejos, … 

que pacientemente elabora unos buenos cimientos y despeja incógnitas con sentido común, preparando al grupo  para que sea capaz de asumir  inicialmente sólo las nuevas tecnologías  que sus  “mimbres” les permitan asumir, …

Si la formación enlatada crea burócratas, en este caso que tratamos puede crear reaccionarios,  cuando  las pequeñas empresas comprueban  que  hay demasiado margen entre aprender cosas y resolver problemas. 

Tampoco puede el consultor hacer un alarde de sabiduría e implantar el último proceso descubierto por el último gurú y pretender que sirva para algo. Sin duda existen procesos  básicos que siempre funcionan: quitar el miedo al trabajo por objetivos, ofrecer unos medidores de la  administración de recursos sencillos, implantar sin prisa la gestión por desempeño.

En síntesis, se trata de: 

una primera fase en la que se valora la medida en que la gestión de las emociones desde el equipo directivo hacia la base de la pirámide , está afectando al desarrollo de la empresa , y  en consecuencia, el consultor  va adecuando perfiles a puestos,  

una segunda fase en la que se actúa sobre la comunicación interdepartamental para  conseguir cambios rápidos y fomentar confianza en el futuro, 

y una tercera fase de estrategia y planificación en la que ya se puede hablar de  modelos de negocio, de innovación y de sostenibilidad.

Como el artesano, que empieza por valorar su materia prima, luego la cambia y moldea según la capacidad de mutar que ésta le ofrece, y  finalmente la compone  y ordena, hasta que encuentra la utilidad a su creación.

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