El síndrome de la amapola alta - Cuando te detestan por sobresalir

¿Te has detenido a pensar porqué a la gente le cuesta valorar los talentos y habilidades de los demás sin sentirse molesta por ello? En lugar de apreciar sus virtudes y cualidades con honestidad y alegrarse por ello, la gente se siente atacada. No es una envidia sana, sino una reacción más cercana al odio. Y es que cuanto más destacan unos, más evidentes se hacen las limitaciones y carencias del resto.

La tendencia general es la de no permitir que nadie destaque para no poner en riesgo el status quo imperante. En política se utiliza muchas veces el desprestigio. En las empresas, el acoso laboral. ¿Y en las escuelas? En el ámbito académico es frecuente que a los alumnos con altas capacidades se les intente frenar para igualarlos al resto de compañeros. Así se sigue el mismo ritmo y la educación es más homogénea y justa, se minimizan las inseguridades de los demás y la posible amenaza de este talento.

Este fenómeno no aplica sólo a jefes o responsables, quien no ha visto mirar mal a un compañero que destaca en algo, ha oído comentarios negativos o algo peor, simplemente porque alguien es mejor que alguien...

En definitiva, el síndrome de alta exposición o de la amapola alta se usa para describir el fenómeno social en el que la gente con algún tipo de logro o mérito es criticada, odiada y hasta atacada, precisamente porque han destacado por sus habilidades y logros.

Hay otra consecuencia, a mi modo de ver aún más preocupante. Este ataque a los que destacan genera en la sociedad un deseo a no sobresalir. Destacar se percibe como un defecto insolidario y se genera el miedo a ser atacado por ello. Así, las personas talentosas van aprendiendo inconscientemente a disimular sus capacidades para pasar desapercibidas. Estar por encima de los demás les pone en riesgo de ser incluso excluidos del grupo.

De ahí que al síndrome de alta exposición también se le llame “síndrome de la amapola alta”. Esto es porque la lógica que impera es la de cortar aquellas flores que crezcan más que otras, para que las demás no salgan perdiendo por comparación

Otra segunda consecuencia del síndrome de alta exposición es que le va enseñando a la gente a tener miedo de destacar. Precisamente por todo lo dicho, las personas aprenden, más implícita que explícitamente, que estar por encima de los demás puede ponerlos en riesgo. ¿En riesgo de qué? De rechazo, de cuestionamiento, de crítica e incluso de ostracismo.

Por lo tanto, muchos asumen que lo correcto es no destacar en ninguna circunstancia. Asumen el “bajo perfil” como una norma y les aterra verse expuestos a los demás. De una u otra manera, terminan siendo adiestrados para no desafiar lo establecido. Es una lástima, porque en ese proceso también se pierden capacidades, se dejan de lado talentos genuinos o se renuncia al éxito mismo.

Anterior
Anterior

Business Mindset: Mente y corazón de la cultura de la empresa en el mercado actual

Siguiente
Siguiente

¡Si no tomas accion es imposible que te sucedan grandes cosas! Los 4 niveles de conciencia